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La historia detrás del nombre de
Azzucenas

Malín y Tino se cruzaron entre Ponce y Juana Díaz. De ese vínculo se formó una gran familia, una familia llena de amor y tradiciones. La piedra angular fue Malín. Una madre esforzada, una mujer valiente, una esposa entregada, una abuelita incansable, un ser trabajador. De las cosas que más recuerdo, y de aquí, la historia del nombre de esta aventura era el olor cautivador y penetrante de las azucenas. Mi abuelo se las compraba al vendedor ambulante para obsequiárselas sin ocasión especial, era solo porque sí. Su historia de amor fue de esas donde el cariño pudo más que el orgullo, donde el perdón fue pieza clave.  Cuando faltó mi abuelo, mi abuela las continuó comprando. Y ese aroma fue perpetuo.  El aroma de las azucenas en la casita de Malín y el recuerdo de lo que significó en nuestras vidas vive eternamente en mi corazón. Aún cuando ambos se han ido de nuestras vidas terrenales, no falta un “mira, el señor de las azucenas” o “qué es ese olor, ¿son azucenas?”  Viajo al momento de esos encuentros y siento como si hubiera sido ayer. Mi abuela ha sido mi inspiración y mi sueño es poder vestirlas de la imagen de una mujer esforzada, valiente, incansable, una mujer que trabaja por lo suyo.  Factores que nos hacen más bellas y cautivadoras; porque somos todo eso y más. Tengo el deseo de presentarles piezas románticas, pero también elegancia, aventura y versatilidad y que puedan sacarle provecho a un vestido de mil maneras. Que muchas se conviertan en sus piezas de ropa favorita y que bien funcionen para una ocasión especial, como para un día cualquiera porque sí. Porque te has vestido para ti y te sientes confiada con ello puesto. Y, por último, pero no menos importante, que cuando lleves puesta la pieza las miradas corran hacia ti y los demás tengan que hablar de tu buen gusto; que tu estilo sea recordado.
Así como el olor humilde de las azucenas… que se impregna en el lugar donde esté.
Un abrazo, Yash

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